Mientras realizábamos la labor de rescate de Sukutin, ibamos bajando en sentido hacia escuintla, y por ir pendiente del radio, buscando huellas, (o simple descuido) la llanta delantera izquierda se fue en una zanja enorme. Tan grande que la llanta (38") quedó totalmente en el aire. La blazerota cayó directamente sobre el tubo del eje. La llanta trasera derecha se levantó casi 1 Metro (según dice Adrián que iba detrás de mi). Y yo juré que estaba por pertenecer al club de los recostados (por no decir volcados). Afortunadamente no fue asà pero si fue un golpe bastante fuerte. Todo esto fue a menos de 20km/h.
Mi querido copiloto (quien omitiré su nombre para evitar verguenzas:roll:) no llevaba el cinturón puesto y entonces salió volando, fue a pegar contra el timón, se enzartó la palanca de cambios en el pecho y pasó rompiendo mi tacómetro y la salida de aire de la calefacción. Yo si llevaba el cinturón y ni me movà de mi lugar.
Entonces, la moraleja de la historia es, no importa qué tan lento vayamos, cuando un accidente va a suceder, va a suceder, y tenemos que hacer todo lo posible por prevenirlo y evitar salir lastimados. ¡Usemos el cinturón!
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